La tornillería inox y no-inox se refiere a los tornillos fabricados con materiales diferentes en términos de su resistencia a la corrosión.

La tornillería inox, también conocida como tornillería de acero inoxidable, está fabricada con acero inoxidable, un material resistente a la oxidación y la corrosión. El acero inoxidable contiene cromo, lo que le confiere propiedades anticorrosivas. Esta tornillería es ideal para aplicaciones en entornos húmedos, al aire libre o en presencia de sustancias corrosivas, ya que mantiene su integridad estructural y apariencia estética durante más tiempo.

Por otro lado, la tornillería no-inox, o tornillería de acero al carbono, está fabricada con acero al carbono sin recubrimiento adicional. Aunque el acero al carbono es menos costoso y más resistente en términos de resistencia mecánica, no tiene la misma resistencia a la corrosión que el acero inoxidable. La tornillería no-inox es adecuada para aplicaciones en interiores, donde no se espera una exposición significativa a la humedad o sustancias corrosivas.

La elección entre tornillería inox y no-inox dependerá de las condiciones y requisitos específicos del proyecto. Si el proyecto implica una exposición constante a la humedad, ambientes corrosivos o aplicaciones al aire libre, es recomendable utilizar tornillería inox para garantizar una mayor vida útil y evitar la corrosión. Por otro lado, si el proyecto es en interiores y no hay una alta exposición a la humedad o sustancias corrosivas, la tornillería no-inox puede ser una opción más económica y adecuada.

En general, es importante considerar el entorno, las condiciones de uso y los requisitos de resistencia a la corrosión al seleccionar el tipo de tornillería más adecuado para un proyecto específico.